Para hacer sus días mejores y quizás responder a la incógnita de la felicidad, Diego Aldana recorre texturas, sonidos, olores y emociones. Así es como trasciende las formas inverosímiles con las que se lía a la existencia, a través de la cámara, uno de los artificios más valorados por la humanidad.
Este director de cine es del estado Táchira, Venezuela, un lugar referente en Latinoamérica por gozar de un amplio bagaje cultural, en compañía de hermosos y sinuosos paisajes. Él tiene 27 años de edad, es periodista y actualmente se encuentra estudiando cine en la ciudad de Paris, Francia, desde donde también se encuentra trabajando en la preproducción de su proyecto audiovisual Trois Mois.
Muchas experiencias circunstanciales y específicas, así como también personas, son el numen de este joven venezolano, quien más allá de ser un director de cine convencional, busca romper con los estándares ya propuestos para darse lugar en una industria que generalmente se encuentra llena de discursos repetitivos, mediante planteamientos narrativos y audiovisuales cargados de su yo visionario claramente apreciado en sus producciones experimentales.
Los directores de cine son unos mañosos, en especial aquellos que buscan desatar paradigmas en vez de resolverlos. Cada cual tiene las reglas de su juego, vemos a Lars Von Trier, por ejemplo, jugando a la austeridad con un conjunto de normas denominadas “Dogma 95”, sin embargo, la única regla de Aldana es un verbo que sólo el alma nostálgica disfruta ejecutar: evocar.
Sus días de pupilo universitario, su niñez llena de asiáticos y 999, el cuadro con un paisaje de su casa, unas porcelanas de vagabundos adquiridas por su mamá en un ataque femenino de compras y su primera musa audiovisual y también amiga, Gabriela Buitrago, entre otros simples detalles, son el retazo de vida que impregnan su estética y composición visual, inentendible para él mismo en un principio, pero comprensible y esclarecedor cada vez que su idea ha sido realizada.
Comenzó a interesarse por el cine a través de la literatura, dice: “Yo creo que de todas las artes mi favorita es la literatura. En la literatura de todos los autores latinoamericanos de los años 60 que vinieron a París, yo siempre obtenía imágenes y tenía mi París idealizada, de las novelas de Vargas Llosa, Cortázar u Benedetti. La literatura a través de la imaginación me permitió construir mi mundo propio” La evolución del compositor audiovisual se caracteriza por la versatilidad y la audacia. “Mi primer trabajo fue una locura. Fue una locura porque yo tenía un guión muy enrevesado, pero en la cabeza yo tenía todas las piezas y en toda la grabación la gente me seguía. Creo que esa es una de las razones por la que soy director, porque tengo una energía que atrae a las personas y hace que la gente crea en mis proyectos. Lo más difícil es hacer comprender una historia” comenta Aldana.
“Los retos de producción de Trois Mois son muy grandes pero son posibles. Este corto durará aproximadamente 25 minutos y debe grabarse en diferentes locaciones, sin embargo, yo creo que todos los retos se superan a partir del trabajo”, acota con su acento andino, que aún se mantiene intacto a pesar de estar al otro lado del océano Atlántico.
Ante los costos de producción, Aldana ha recurrido al crowdfunding a través de Ulele, una iniciativa de G. Buitrago, quien también funge como diseñadora dentro de este auténtico proyecto que cuenta la historia de Julie, una chica venezolana que se fue a vivir a Francia a los siete años con su padre, para superar la muerte de su madre e iniciar una nueva vida en París. Canta canciones en español de Simón Díaz, recordando a su mamá quien en vida fue cantante, todo esto con la particularidad de que usa trajes característicos para poder interpretarlos. Julie tiene una vida perdida y busca repensarse.
Esta maravillo historia, contará con la participación de Marie Bunuel, una reconocida actriz francesa con una larga trayectoria cinematográfica; Laura Mélinand, también actriz francesa, muy apreciada por el director por su poder histriónico y por ser quien en gran parte inspiró el guión del film. Asimismo, Aldana cuenta con un poderoso equipo humano procedente de diferentes países, que hacen de este proyecto un encanto multicultural. Uno de los aspectos que más preocupa al director, es el sonido y la iluminación ya que implican altos costos, además del vestuario y el alquiler de locaciones.
Si desea apoyar a Aldana y a Trois Mois, para que sea una historia bien contada, ve a Ulele y aporta.
https://es.ulule.com/trois-mois/
Ta pute from Diego Aldana on Vimeo.
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